Bailaré con tu imaginación
la melodía que marquen tus latidos
cuando te
embargue la incertidumbre
de no saber si eres tú quién me inspira.
Invitaré a las casualidades
a deleitarse con nuestras sensaciones.
Y, entonces, dejaré que la intención
se adueñe de ellas cuando menos se lo esperen.
Dibujaré sonrisas en tu rostro con sabor a "ojalá".
Ojalá tú aquí,
conmigo;
encima de mis miedos,
debajo de mis alardes de chica dura.
Ojalá mis manos recorriendo tu rostro;
tu cuerpo entero.
Ojalá mis labios retando a los tuyos
a no dar ni un paso más.
Ojalá dejarte a cuartos en mi cuarto todas las noches,
al describirte lo más hermoso en una palabra
mientras te acaricio con la mirada
y la penumbra nos protege.
Y así seguiré hasta que pueda verte dormir
con una sonrisa de esas con sabor
a "ojalá me despierte a tu lado, ma chérie,
y que mi sueño se torne en realidad".
Me quedo con la cuarta estrofa.
ResponderEliminarMuak.