miércoles, 30 de enero de 2013

II

Será un día soleado,
de finales de Otoño,
cuando comience el aparente principio
del final de lo que nunca empezó.

Me mirarás,
contaré dos pestañeos (incrédulos),
suspiraré mientras coqueteo con tus miedos
y le haré un nudo a tus entrañas.

Será entonces,
cuando creas que me has perdido,
cuando me valores más que nunca,
cuando caeré rendida a tus pies.

Disimularé como pueda una sonrisa traicionera.
Te gritaré "déjate ganar,
que no aguanto más noches sin tu piel"
sin abrir la boca; a latidos.

Y me encontraré con tu mirada,
encendida y repleta de reproches,
después de haberme perdido en tus labios,
insaciables y expectantes.

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