jueves, 25 de abril de 2013

Play.

Ah, basta ya de negar la evidencia, de vestirnos de miedos, dudas, distancias, corazas y otros vestidos que nos quedan tres tallas grandes.

Sabes tan bien como yo que tenemos algo pendiente, que retrasarlo no hace más que acrecentar la tensión de este tira y afloja. Que vamos a explotar cuando menos lo esperemos y las esquirlas se van a clavar entre las costillas de quien menos las merecen.

Siempre nos quedamos a medias y yo ahora solo tengo ganas de ti sin ellas, o con ellas tiradas en el suelo del pasillo. Ayer también, no te creas otra cosa. Y puedo meter la mano entre las cenizas y apostar a que mañana será más de lo mismo.

Quiero que vuelva tu yo vulnerable, ese que se sonroja cuando no sabemos qué decir, ese que me tienta a cambiarte un beso por una sonrisa.

(Dicen que los amantes no saben nunca qué decirse, pero dicen tantas cosas...)

Esa frialdad mal fingida no sería un problema si los intentos de olvidarte minasen dichas ganas en lugar de acrecentarlas. Y es que, ver que huyes justo cuando estoy a punto de conseguirte, solo me insta a correr detrás de ti para gritarte que no juegues a ser yo porque sé cómo acabarán las cosas.

(Qué miedo me da saber que puedo volver a tenerte si no me ando con cuidado...)

Poco a poco nos han ido encontrando, interceptando miradas y caricias cuando no tocaba. Han visto tu pierna encima de la mía, mi mano rodeando tu cintura desde atrás y por debajo de la camiseta; nos han visto bailar. Nos han visto compartir versos, vasos y besos. No nos han visto tantas otras cosas que todavía podemos camuflarnos en otros cuerpos.

Quisiera ser capaz de anteponer nuestro presente compartido al pasado que no se atrevió a juntarnos por miedo a tornarse en futuro si con ello logro mantenerte en juego, sin llegar a ganar o perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario