martes, 2 de abril de 2013

XVII

De dar tantos pedazos
a quién no los merecía,
me quedé sin corazón.
Y ahora solo tengo una coraza,
tan fría,
como los falsos reproches
con los que apuñalé a quién se atrevió
a morder mis miedos.

2 comentarios:

  1. Corazas que no todos tienen el valor de romper. Ni saben cómo hacerlo.

    Un saludo desde http://retales-de-mis-noches-de-insomnio.blogspot.com.es/

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