martes, 12 de febrero de 2013

XII

Cuando,
por casualidades de la vida,
no nos queda otra
que juntar nuestros cuerpos,
aguanto la respiración;
no quiero abrir viejas heridas.

(Mi pasado me pesa.)

Ya no sé si me compensa
esperar a que abras los ojos
y asumas que con ella no te irá bien.

(Tu presente me abruma.)

Descubrirás, con el tiempo,
que conmigo tampoco te irá mejor;
pero yo no te prometeré amor eterno,
porque ni siquiera creo en el amor.

(Nuestro futuro... Ay, ni siquiera sé si quiero que lo sea.)

Yo puedo pintar sonrisas en tu rostro,
emocionarte con un par de historias;
pasear contigo de la mano
por Gran Vía o Les Rambles.

Puedo también quererte a ratos
y olvidarte con facilidad.

No es mucho,
lo sé,
pero es lo único
que espero recibir a cambio.

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