No te diré que me he ido,
sentirás el vértigo cuando vuelva.
Y negaremos
todas las veces que quieras
lo que fuimos
para volver a serlo.
Si quieres,
podrás volver a conocerme;
lentamente, con ganas.
No maquillaré los abismos,
seguirán siendo tus preferidos;
aquellos en los que volverías a caer
incluso con los ojos abiertos
y la piel desnuda erizada.
Mis manos ya habrán perdido
la forma de tus caderas
y ya apenas se verá
la marca de mis dientes
en tus clavículas
(tendremos que solucionarlo
como mejor sabemos).
Romperé todos los relojes,
e impediré que salga el Sol
para poder hincarle el diente,
con calma y sin previo aviso,
al insomnio que ha visto más Lunas
que yo desde tu habitación.
Y volveremos a bailar un tango horizontal.
'Apenas se verá la marca de mis dientes en tus clavículas (tendremos que solucionarlo como mejor sabemos)'.
ResponderEliminarQué bonito, he empezado a leerte y no he podido parar.
Un beso desde http://drogasyamoor.blogspot.com.es/